12 de enero de 2011

Mi diario íntimo de 1997 - Página 4

Ahora hablemos de mi sueño. Cristian es una dulzura, es un chico hermoso, cada vez que lo miro él me sonríe. No sé por qué gusto de él, debe ser porque es un chico hermoso y otras chicas gustan de él. No me importa que otras chicas gusten de él, lo que me importa es que me elija a mí como su novia, sería genial para mí, no sé si para él también, ojalá que sí. Es tan hermoso para mí ese chico, desearía que todos los sueños que tengo con él se hagan realidad y si fuera Sailor Ve, elegiría a Cristian para ser Tuxido Max. Me encantaría.

Mi diario íntimo de 1997 - Página 3

Diario, ahora quiero hablar de vuelta del sueño que tuve siempre: de Cristian, el amor de mi vida. Es una hermosura, es tan lindo que cuando uno llega a verlo, se desmaya. Me gustaría ir al mismo grado que va él. Va a cuarto grado. Si fuera con él, estaría más cerca de él, y si la señorita da un castigo por la charla, me gustaría que diera el castigo de sentarse con un varón, y yo me sentaría con Cristian y le diría que gusto de él y que lo amo, y si él me dice lo mismo, yo me desmayaría y cuando me despierto le doy un beso.

Mi diario intimo de 1997 - Página 2

Ayer fui al cine a ver una película. La película se llamaba "Jim y el durazno gigante". Era fantástica. Era de un chico que se volvía muñeco y tenía amigos que eran insectos gigantes. Era una araña, una vaquita, un cien pies, un saltamontes, una luciérnaga. Esa película me encantó, lástima que no se puede escribirla toda, sino la escribiría toda, pero no puedo. Si tuviera una hoja grande la escribiría toda y la dibujaría, pero no tengo una hoja grande, capaz que mi mamá me compra una.

Mi diario íntimo de 1997 - Página 1.

Editado por Mayca versión 2011.

¿Sabés Diario? A mí me gusta la escuela, porque estudio mucho y además quiero ser una genia, así sabría sumar, restar, multiplicar, dividir y muchas otras cosas más, y sería una genia como tanto quiero. Y como mi hermano ahora va a cuarto grado, me puede enseñar muchas cosas, como por ejemplo las tablas de multiplicar, la cadena alimentaria, y otras cosas que él estudia y yo no sé. Por eso me gusta estudiar mucho.

30 de noviembre de 2010

Tentativa y consumación

Un miércoles y un jueves. Un día después de otro. Un intervalo de 20 horas. Un paso al costado y un paso adelante. Una tentativa y una consumación. El miércoles fallé, pero el jueves no. El miércoles entré, y quise hablar, pero no pude. Fue un comienzo de ejecución con frustración del resultado, pero no por razones ajenas al agente. No. El resultado se frustró por razones propias del agente: la cobardía. Pero el jueves fue distinto. La ejecución se consumó. Así es, cansada ya de ser cobarde y pasar de largo, tuve que hacerlo. Se lo pregunté. Se lo pregunté y me contestó. Franco… se llama Franco. El chico de la librería cobró identidad, es Franco. ¿Y yo? Mayca. ¿Mayca? Sí, Mayca. Cuando vencés el miedo de hacer algo y finalmente lo hacés, tu cuerpo siente un montón de cosas. Primero malestar y un poco de temblor, pero después se siente muy bien. Como satisfacción, o plenitud, o algo así. Como cuando en la propaganda el que tiene sed por fin se toma el vaso de cerveza fresca. Como cuando en las películas de amor por fin se dan el beso. Como cuando la profesora de gimnasia dice “aflojen”. No soy buena para las metáforas. Tampoco soy buena para repartir las cartas ni para cantar en francés. Pero ya no quiero que todas las cosas para las que no soy buena me detengan de hacer lo que quiero. Complejos, tengan cuidado porque en cualquier momento me suelto. Ah, y Franco, vos también tené cuidado.

10 de noviembre de 2010

Inseparables

Hoy iba camino a la facu y vi algo que me llenó de ternura. Una mamá de la mano con su hijita por la vereda. Cuando aparecía un obstáculo, no separaban las manos, si no que lo sorteaban levantando los brazos o dandole la vuelta. Gestos dulces si los hay.

22 de octubre de 2010

LLAMADO POR LOS MALOS POETAS

Se necesitan malos poetas. Buenas personas, pero poetas malos. Dos, cien, mil malos poetas se necesitan más para que estallen las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía, la innecesaria, la fútil, la sutil poesía imprescindible. O la in- versa: la poesía necesaria, la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano y en la barranca un Ele, un Juan, un Gelman como elefante entero de cristal roto, o un Rojas roto, mendigando a la Reina de España.

(Ahora España ha vuelto a ser un reino y tiene Reina, y Rey del reino. España es un tablero de alfiles politizados y peones recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles politizados y damas policiales vigilando la casa.

A la caza del hombre, por hambre, corren todos, saltan de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas, los mil, los diez mil malos, cada uno armado con su libro de mierda. Faltan, sus ensayitos y sus novela en preparación. Ah.. y los curricola, y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia humana de malos poetas. Que florezcan cien millones de tentativas abortadas, relecturas, incordios, folios de cartulina, ilustraciones de gente amiga, cenas con gente amiga, exégesis, escolios, tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas lesbianas, poetas consagrados a la cuestión del género, poetas que canten al hambre, al hombre, al nombre de su barrio, al arte y a la industria, a la estabilidad de las instituciones, a la mancha de ozono, al agujero de la revolución, al tajo agrio de las mujeres, al latido inaudible del pentium y a la guerra entendida como continuidad de la política, del comercio, del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos que escriban poemas. Alejandras y Marthas que escriban. Nombres para poetas, anagramas, seudónimos y contraseñas para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas. Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones. Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética, poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales culturales de cable, en las pantallas y en los monitores, en las antologías y en revistas y en libros y en emisiones clandestinas de frecuencia modulada se buscan poetas y más malos poetas: grandes poetas celebrados pequeños, poetas notorios, plumas iluminadas, hombres nimios, miméticos, deteriorados por el alcohol, descerebrados por la droga, hipnotizados por el sexo, idiotizados por el rock, odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan. En un bar, en los flippers, en los minutos de descanso de la oficina, entre dos clases de gramática, en clase media, en barrios vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa? ¿En los balnearios, en los baños públicos que han comenzado a construir? ¿En los certámenes de versos? ¿En los torneos de minifútbol? ¿Bajo el sol quieto? ¿A solas con su lengua? ¿A solas con una idea repetitiva? ¿Con gente? ¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua. Falsifiquemos el deseo: Te necesito nene. Para empezar te necesito. Para necesitar, te pido ese minuto de poesía que necesito, necio: quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema, que me acarices con sus ripios, que me turbes la mente con otra idea banal, y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo de la comedia terrenal, quiero vivir la necedad y la necesidad de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos, nuevos pensamientos imbéciles, nuevas propuestas para el cambio, causas para temer, para tener, aquí en el sur.

Y arriba España es un panal de hormigas orientales: rumanas, tunecinos, suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey. De su fealdad. De su fatalidad. De Su Graciosa Realidad. La realidad es un ensueño compartido. La realidad de España es su filosa lengua pronunciando la eñe y su mojada espada pronunciando el orden del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua: aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle, suturada de chips, y cubre nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!

20 de octubre de 2010

Fashion Feet Spy

Los Martes y Jueves curso en un aula de la planta baja. La materia es muy aburrida, casi nunca presto atención, y para no quedarme dormida miro para afuera. Bueno, al menos lo intento. Las agrupaciones en mi facultad llenan de afiches todos los espacios posibles. Las ventanas, las puertas, las paredes, las escaleras, los escalones, el suelo, la baranda. Adentro y afuera. Rosados, azules, amarillos, verdes, blancos, violetas. En todos los pisos. No quedan lugares sin utilizar, en todos hay un papel. Bueno, en casi todos. Hay un lugar que las agrupaciones menosprecian: los vidrios más cercanos al piso. Como son los únicos vacíos, son los que más me llaman la atención a mí. Tienen mucha mugre pero igual se ve para el otro lado. Miro la gente que pasa, cuando viene y cuando va. En realidad, miro sus zapatos. Miro botas, sandalias, mocasines, zapatillas, con taco, sin taco, con cordones, sin cordones, blancos, negros y de colores. Bueno, miraba, porque ahora ya no. Yo no podía verles las caras, entonces era como si los espiara, porque los miraba sin que supieran. Era como la vidriera de una zapatería en movimiento. Ayer fueron las elecciones y tuvieron que sacar todos los papeles. No había nada para esconder mi voyeurismo pédico ni para ocultar las identidades de los modelos de pies. Ahora puedo ver quienes pasan, y ya no es divertido. Ya no hay misterio. Así que no miré más y ahora me voy a tener que encontrar algo más para entretenerme en clase.

10 de octubre de 2010

Abismo



6 de octubre de 2010

Casos de cosas VI

El otro día iba para la facultad y vi algo lindo: un chico que iba con un paquete con un moño. O sea, un regalo. Iba contento, como entusiasmado el chico. El paquete parecía de una tienda de ropa. Me dieron ganas de tener un cumple y hacer un regalo, elegirlo y que le pongan moñito a la bolsa. A la vuelta me volví a cruzar con el mismo chico. Llevaba el paquete y también una torta con rockelts y una vela. Qué simpático, no?

1 de octubre de 2010

Una cuadra aromática

Mi caminata a la facultad está llena de eventos. La primera cuadra es el primer ejemplo, porque paso por la librería y el ruludo me saluda, pero si bien es mi momento favorito, no es el único que disfruto. Unas calles más adelante hay dos fragantes personajes: un pelado que vende sahumerios y, pocos metros más allá, un viejito que vende lavanda y otras hierbas que yo supongo y espero sean legales. El pelado suele ser bastante estridente y musicaliza la cuadra al son de "sahumeriooooooooooooos", de los cuales siempre tiene uno encendido a modo de muestra gratis. El viejito comercializa su producto de una forma más pasiva, ofreciéndolo respetuosamente a los transeúntes e invitándolos a olfatear. Yo nunca compré ni sahumerios ni lavanda, pero me encanta pasar por ahí. Siempre disminuyo la velocidad en esa parte y me concentro en los aromas. Me siento dichosa de que algunos metros de los que camino todos los días tengan buen olor. Es mi momento perfumado del día y sencillamente me pone de buen humor. Nada más que eso.

29 de septiembre de 2010

26 de septiembre de 2010

Relato de un amor peatonal

Ya muchos conocen la historia del chico de la librería. Me enamoré hace unos meses, o quizá fue el año pasado, no sabría decirlo. En la librería que queda a media cuadra de mi casa, camino a la facultad, atienden tres personas: a la mañana, un feo-lindo; a la tarde, una chica; y a la noche, un feo-feo. Los feos-lindos son esos que para los demás son feos, pero para una son lindos. Usualmente aparecen en propagandas graciosas como la de Brahma en donde bailan "Provócame". Los feos-feos son esos que por más que intentes, no hay con qué darle: son feos. El feo-lindo se fue convirtiendo en lindo a medida que pasaban las semanas. En el primer cuatrimestre me tocó cursar a la 1 sólo dos veces por semana, y el resto de los días a las 4. Cuando pasaba a esa hora ya era el turno de la chica, así que mi oportunidad de ver al chico se daba sólo los martes y jueves a la 1:10. Cuando todavía hacía calor se sentaba afuera y nos saludábamos con un "hola" y una sonrisa. Después empezó el frío y el saludo dejó de ser verbal. Cada tanto yo entraba a comprar algo: un resaltador, una lapicera. Anhelaba que llegara algún evento de AFS así tenía que sacar muchas copias. Gloriosa fue la semana que no hubo tinta en nuestra impresora. Pero nuestros encuentros nunca salieron del marco comercial, aunque creo que sus sonrisas no expresaban solamente un "gracias por su compra". Yo creo que hay algo más. O al menos lo espero. Con el tiempo fui aprendiendo cosas de él. No sé cómo se llama, pero sé que tiene una bicicleta azul. Aunque hace mucho que no la veo, puede ser que se la hayan robado o que tenga algo como tendinitis y no pueda usarla. También sé que le gusta el reggae, porque siempre está escuchando música. Tengo el presentimiento de que es una persona sencilla, un chico común. Creo que eso me gusta. Además tiene rulos y a mí me encantan los chicos con rulos. Siempre pienso que algún día me voy a animar a hablarle. Preguntarle cómo se llama, al menos. Mientras tanto me conformo con mirarlo cuando paso caminando. Este cuatrimestre me toca ir tres veces por semana a la 1, así que el amor se intensificó con respecto al primer cuatrimestre. Eso sí, tenemos días y días. Aunque siempre trato de estar re linda y simpática en esos 5 metros de vereda, a veces no me doy cuenta y justo bostezo o algo así, o me da el sol en los ojos y pongo cara de china. A veces no miro para adentro, así no se nota tanto que me gusta. Pero últimamente nuestras conversaciones se han alargado. La semana pasada llegamos a intercambiar 4 líneas. Sí, ¡cuatro! Y el otro día me saludó agitando la mano con mucho fervor y una sonrisa un poquito más amplia de lo común. Yo sueño que me quiere. Ojalá un día me invite a salir. Mientras tanto seguiré pendiente de la tinta de la lapicera, sobreutilizando mis resaltadores y prestando poca atención a dónde dejo mis otros útiles. Ah, y si alguno necesita algún artículo de librería, por favor avise.

24 de septiembre de 2010

Casos de cosas V

Esta mañana le dije a Romi que me acompañe a hacer las compras a la salida de la facu. Había una oferta imperdible: un paquete de jabón para el lavarropas de 3kg, con un paquete de rollos de cocina y otro de papel higiénico, a $15! No podíamos dejar pasar la oportunidad. Caminé con una compañera por Independencia hasta Blvd. San Juan para hacer tiempo, y doblé a la derecha para ir al super. En esa cuadra hay un negocio que tiene una máquina-entrega-peluches en la vereda, de esas que ponés $1, movés la garrita, y por lo general no sacás nada. Cuando pasé, crucé a un chico que se quedó en la maquinita. Puso una moneda y empezó a apretar botones. Yo seguí caminando. Siempre que voy sola por la calle observo a la gente e imagino historias. A veces me parece que tienen hambre, o que el pantalón que tienen puesto les queda incómodo, o que se peinaron re bien. Hoy me imaginé que el chico de la máquina de los peluches era novio de alguna chica que le gustan los peluches. Después cambié de teoría y pensé que era padre de algún niño pequeño. Después seguí pensando y se me ocurrió que podía ser un hermano mayor buscando ganar un obsequio para su hermanito. Quizá la novia/hijo/hermanito habían cumplido años, quizá solamente tenía ganas de hacerles un regalo. Quizá él mismo cuando era chico había sido campeón de sacar peluches de las maquinitas y sólo quería comprobar que sus habilidades se mantienen intactas. Quizá tiene un fetiche con peluches. Quizá quería sacar un peluche para venderlo después y hacerse unos pesos. No sé qué estaría haciendo el chico en la máquina peluchera, pero me entretuvo en el camino al Cordiez.

23 de septiembre de 2010

22 de septiembre de 2010

21 de septiembre de 2010

Casos de cosas IV - La solución depende del zapato.

Hoy fui a clase y el profe no apareció, así que me dediqué a pasear por el centro porque tenía que ir al gimnasio a las 18. Di vueltas, miré muchas vidrieras y me metí en algunas tiendas a ver ropa y otras cosas. En un momento llegué a un negocio que vendía cosas para los pies, como plantillas ortopédicas. Entré a preguntar si no vendían algo como para agregarle a un zapato que te queda grande, porque tengo un par de zapatos que me quedan grandes. Le expliqué esto al vendedor, pero se enojó conmigo: "¡Cómo voy a saber qué necesitas si no sé cómo son tus zapatos!", me dijo. Le dije que eran negros, re lindos, así como que te asoma el dedito, pero no, y que me chancletean porque me quedan grandes. No le gustó mi respuesta y me dijo que la solución dependía del zapato. Hice un nuevo intento de descripción de zapatos, y al final me mostró unas plantillas que se adhieren para que el pie no se deslice por el taco, pero no me convencía.

Creo que esa no era la solución para mi zapato.

Feliz día

20 de septiembre de 2010

Pecado provincial Nº 6

Pensar todo el día en que no debo olvidarme de algo, y terminar olvidándomelo.

Pecados provinciales, como los capitales, pero más humildes.